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El absentismo laboral por las gripes de cada año

Pese a ser considerada una dolencia trivial, puede ser causante de la muerte. En efecto, durante el próximo invierno morirán en España alrededor de, 5.000 personas a consecuencia de la gripe o complicaciones provenientes de ella, según las prediciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los agentes causantes de la gripe son unos virus de composición variable. Poseen una capacidad de continua mutación que origina los tipos A, B y C de virus gripales conocidos. Una pequeña variación del virus es suficiente para que, incluso los vacunados, sufran recaidas en el curso de una misma estación.

El organismo se inmuniza ante un tipo determinado de virus, pero no reconoce los nuevos subtipos originados en las mutaciones, de ahí la imposibilidad de establecer una vacuna eficaz para todos los casos. Los virus A son los responsables de las epidemias y pandemias mayores, los B producen casos esporádicos de gripe, y los C, infecciones de carácter muy leve. La OMS recoge cada temporada las investigaciones realizadas a nivel mundial sobre los tipos de virus que se han analizado.

A partir de éstos, determina las cepas de virus que deben ir en cada vacuna, que será apta para combatir la gripe de ese año. Posteriormente, estos productos son comercializados por los laboratorios de cada país. La vacuna elaborada para la temporada 19891990 contiene dos tipos de virus A con algunas variaciones: A Singapur, A Shangai y B Yamagata. Su precio ronda las 500 pesetas y basta una sola dosis para que la persona quede inmunizada. Según el doctor Antonio Rodriguez Torres, responsable del departamento de Microbiología e Higiene de la Facultad de Medicina de Valladolid, «la vacunación preventiva es el único tratamiento eficaz contra la gripe». Se recomienda la vacunación anual a las personas que pueden sufrir complicaciones derivadas de las afecciones gripales. Entre los colectivos de alto riesgo se encuentran los adultos y niños con enfermedades cardiacas y pulmonares crónicas, y personas mayores de 65 años, aunque no estén enfermas. Y en general, el personal sanitario o aquellos que estén en contacto con pacientes afectados o con personas muy sensibles al virus. Las embarazadas, en cambio, no se consideran grupo de riesgo. La vacuna está contraindicada en los primeros meses de gestación.

El tratamiento habitual se compone de analgésicos y una dieta de líquidos, con lo que los síntomas suelen desaparecer en un breve intervalo de tiempo, generalmente en dos o tres días. En España, la media anual de afecciones está situada por encima de los 4.000 fallecimientos y en torno a los tres millones de afectados. La incidencia de la epidemia es particularmente grave en las grandes concentraciones urbanas del interior y en el País Vasco, donde el virus se asocia frecuentemente con complicaciones pulmonares, debido a que el clima húmedo de esta zona favorece su expansión. Pese a la gran repercusión de esta enfermedad, «la regresión en la tasa de mortalidad gripal es constante», afirma el doctor Echenagusia, jefe del departamento médico de Altos Hornos de Vizcaya.

Esta tasa ha pasado sucesivamente de un 31,1 por cien mil en la epidemia de 1951, a un 24,9 por cien mil en la de 1953, hasta llegar a un 6,6 por cien mil en el año 1978. Las cifras han descendido sobre todo en la población infantil, sin embargo se siguen manteniendo altas en los mayores de 75 años. La Consejería de Salud de Madrid tiene previsto repartir a lo largo de este otoño 165.000 dosis de vacunas antigripales. Esta campaña regional de prevención tiene un coste de alrededor de 53 millones de pesetas y se está llevando a cabo en hospitales, centros de salud públicos, residencias de ancianos y consultorios locales.

Además de la prevención, este plan piloto de la Comunidad de Madrid tiene como objeto hacer un seguimiento de los pacientes para determinar la eficacia de la vacuna aplicada entre la población. También el Servicio Regional de Salud de Madrid ha editado 50.000 folletos informativos sobre la gripe, que, bajo el título «Antes que la gripe ataque, ataque a la gripe», explican las características de la enfermedad y dan una serie de recomendaciones para su prevención. A pesar de estas medidas, el porcentaje de vacunación nacional sólo alcanza un 50% en comparación con la media europea. Madrid es la capital europea que, el año pasado, registró el mayor porcentaje de afecciones de gripe por habitante. Los datos oficiales señalan la existencia de 1.062.551 de afectados, cifra relevante si se tiene en cuenta que el total de casos del país es de 4.594.088.

En las grandes empresas también se están generalizando las campañas de vacunación como medio para combatir el absentismo laboral. Sólo en 1985, en España, se perdieron por esta causa 60 millones de horas de trabajo, lo que supuso un cuantioso coste en términos económicos. Por otra parte, el consumo de fármacos para el tratamiento sintomático de la enfermedad es tan elevado que representa una parte importante del presupuesto anual de la Seguridad Social. En 1983, se consumieron alrededor de 9 millones de unidades de estos fármacos, lo que supuso un gasto total de cerca de 3.000 millones de pesetas. El incremento de casos de gripe en España ha sido cada vez mayor debido a que hay un número creciente de enfermos inmunodeprimidos, como consecuencia de la proliferación de patologías víricas. Hábitos sociales ampliamente extendidos en la población, tales como el tabaquismo, el consumo diario de alcohol, o la falta de higiene en las relaciones sexuales provocan una considerable disminución de las defensas del organismo que hace mayor el riesgo de penetración de los virus.

El Grupo de Estudio e Información sobre la Gripe (GEIG), grupo francés de investigación, viene celebrando unas reuniones en las que se exponen las últimas tecnologías de laboratorio. En la última de éstas, que ha tenido lugar este otoño en Madrid, tuvo una destacada participación el representante de la Organización Mundial de la Salud, Youri Guendon, quien puso de manifiesto la importancia que tiene «no sólo detectar el virus de la gripe sino otros virus causantes de infecciones respiratorias y que tienen una incidencia directa sobre la manifestación gripal». Ghendon insistió sobre la necesidad de ayudar a los países en vías de desarrollo sin una infraestructura para la investigación. «El desarrollo de planes de vacunación en países pobres debe estar apoyado por aquellos que cuentan con más posibilidades», añadió el representante de la Organización Mundial de la Salud.

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